En el barrio siempre te encontrabas a niños jugando con sus coches de juguete o yendo en bicicleta, también están las típicas parejitas que van en patines agarrados de la mano. Si, en ese barrio te podías encontrar de todo. Como ya he dicho antes era muy bonito, la calle principal era muy ancha y tenía en los dos lados de la carretera una hilera de arboles. Esta muy bien para ser un barrio de las afueras de una ciudad como la mía y solamente estaba a 15 del centro. Cuando llegabas al camino del acantilado había una barrera, para evitar que la gente pasara, pero yo no hacía caso a esa advertencia, más que nada, porque me encantaba ese lugar y no iba a dejar de ir simplemente porque me pongan una valla. La salté y me adentre a mi vía de escape. Y como siempre no había nadie. Me senté en el borde a escuchar el sonido del mar chocando contra las rocas. Me transmitía mucha tranquilidad. Me quedé allí un buen rato hasta que me sonó el teléfono. Era S.
- ¿Todavía tienes ganas de quedar?
- Si.
- Pues a las 8:30 en mi casa.
Y me colgó. No sabía lo que íbamos a hacer. Como ya eran las 7:30 me fui hacia casa. Cuando llegué recibí un mensaje de S diciéndome que me vista formal. Vale. Tenía muchos vestidos formales, pero no me gustaba ninguno. Al final escogí un vestido azul eléctrico, con dama de honor que me llegaba por las rodillas. Para ser un vestido formal era muy cómodo. De zapatos me puse unos de tacón altos de color azul oscuro. Me hice un medio recogido. Según S, tenía el pelo perfecto para hacer cualquier cosa. Me mire en el espejo de salida. Todo el mundo me dice que soy muy guapa, pero yo no lo veo. Soy una chica bastante alta para mi edad, tengo el pelo negro, ni rizado ni liso, mis ojos son marrones y la piel bastante pálida.
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