martes, 31 de enero de 2012

Capítulo 16

Nos fuimos para casa. Estábamos los dos muy felices, pero ninguno dirigió la palabra, simplemente nos mirábamos y nos sonreíamos. No me creía lo que había pasado esa tarde.
Llegamos a casa, Dimitri i Casandra nos esperaban con la cena preparada. Comimos y los dos nos fuimos arriba. Le propuse que entrara a mí habitación, a escuchar música y tal. Cuando entramos, Alex se tumbó en la cama, estaba cansado de estar toda la tarde tocando. Yo me dirigí al reproductor que tenía y puse la música y me fui a sentarme a su lado. Cuando me tumbé, se puso encima mío y empezó a besarme. Sabía lo que quería hacer y yo estaba dispuesta a ello pero Dimitri llamó a la puerta. Rápidamente yo me fui a sentarme en la silla de mi escritorio y Alex se quedó sentado en mi cama. Dimitri entró y nos dijo que bajáramos el volumen. No me había dado cuenta de que estaba un poco alto. Y lo bajé. Dimitri sonrió y se fue. Los dos nos miramos y nos pusimos a reír como locos. Sabíamos que no podíamos hacerlo en casa estando Dimitri i Casandra.
-          Se como hacer para estar solos.
Alex me miró sorprendido. No le dije nada más. Como ya era tarde me fui a poner el pijama y mee metí en la cama. Alex simplemente se quitó la camiseta y se coloco a mi lado. Mientras me iba acariciando el pelo, yo me iba durmiendo.
Despertarte con el chico qué más quieres era un motivo por el cual empezar el dia sonriendo. Me incorporé y me quedé mirando como dormía. No me imaginé nunca estar con una persona como el. En pocos días había hecho cosas que nunca pensé que lograría hacer. Había sido como un hermano para mí. Era simpático, hacía el tonto, me hacia reír… Simplemente me encantaba y le quería. En ese momento se despertó y yo me acerqué a él y le di un beso dulce, el me sonrió y dijo:
-          Buenos días Emi.
Pocas veces me llamaban así y con su tono de voz… Si me había enamorado.
-          Te quiero.- Se lo dije con una voz melancólica pero dulce.
-          Ya sabes lo que voy a decir.- Y me volvió a besar, este fue más largo.
Y es verdad, sabía que me quería, o eso esperaba saber. Podía confiar en él. 

Capítulo 15

Llegamos al lugar. Estaba el garaje abierto, había cuatro chicos. Iban todos vestidos igual y como mi intuición femenina nunca fallaba mi conjunto quedaba genial entre ellos. Todos se giraron y nos sonrieron. Parecían unos chicos muy simpáticos. Me dejaron entrar, me senté en una silla que me trajo uno del grupo, este era no muy alto, rubio ojos azules pero no creo que le gustara mucho tener esas cualidades. El batería era bastante alto, un poco más que yo. Su pelo era rojo, pero no natural y sus ojos eran grises. Me llamaron la atención. El otro que estaba con una libreta en la mano buscando alguna pagina, era como Alex de estatura, su pelo era negro, completamente negro. Y sus ojos eran igual que el pelo. Pero aún así todos ellos me transmitían buen rollo. Sentía que eran como yo. Siempre había sabido que yo en el mundo en el que estaba sobraba. Pero aquí me sentía cómoda. El chico de la libreta se la pasó a Alex señalándole una de las páginas para que la tocara. Los demás se pusieron en sus respectivos sitios. El que me trajo la silla se puso al bajo y el de la libreta al micrófono. Y comenzaron a tocar.  Era impresionante. Todos tocaban tan bien. Parecía que se conocieran de toda la vida. Y la canción… ¡me encantó! Cuándo acabaron los aplaudí, se me quedaron mirando y les dije:
-          ¡Sois impresionantes!
Todos nos reímos. Siguieron toda la tarde tocando y yo pasándomelo genial. Hasta que a Alex no se le ocurrió nada más que proponer que cantara. Yo no quería, me daba mucha vergüenza… pero me sacaron a la fuerza. Alex habló con los componentes del grupo para decirles alguna cosa. Y empezaron a tocar una de Evanescence . Sin pensármelo dos veces me puse a cantar. Les encantó. Y el cantante del grupo dijo:
-          Cuando necesitemos a una voz femenina no dudes en que serás tú.- Y me guiñó el ojo.
Yo me puse súper roja, nunca me había pasado eso, y en realidad si que me gustaría cantar. Alex, por sorpresa, me cogió por detrás, me giró hacia él y me besó. Diciéndome que era increíble. Y volvieron a aplaudir. Finalmente me reí. Me sentía en mi sitio, con ellos. 

Capítulo 14

Me desperté a la una y media de la mañana. Me asomé a la ventana y vi que hacia un día genial. Hice unos cuantos estiramientos, me fui a duchar, me cambié y me puse esto http://www.polyvore.com/cgi/set?id=43026020&.locale=es
Finalmente, bajé a comer. Tenía mucha hambre llevaba como doce horas sin comer. Casandra había hecho raviolis, me encantaban. Cuando bajé estaban todos esperándome y a la vez me dijeron:
-          ¡Dormilona!
Nos reímos. La mesa ya estaba preparada y empezamos a comer. Estaba todo muy rico. Como siempre. Al acabar, Alex me hizo un gesto para que le siguiera, me puse a recoger la mesa y le seguí hasta su habitación. Estaba sentado en el escritorio, escribiendo algo. Me acerqué hasta él y le devolví el beso en la mejilla que me dio por la noche. El se giró y me hizo sentarme en su regazo y me besó. Estuvimos un rato así hasta que se levantó, yo me quedé sentada en la silla. Él cogió su guitarra, que hasta ahora no sabía que tenía, y se puso a tocar. Me encantaba como lo hacía, y la melodía era preciosa. Busqué en el escritorio la partitura que pensaba que estaba escribiendo antes y la encontré. Tenía la letra empezada y yo me puse a cantar. ¡Vaya dúo! Hubieran pensado algunos al vernos. Cuando acabó me dijo que tenía una voz perfecta para cantar yo me sonrojé, no sabía que decir. Me comentó que quería entrar en algún grupo y que encontró uno. La prueba seria mañana por la tarde y me preguntó que si le acompañaría. Yo asentí, pues claro que iría a verle.
Llegó el día más esperado para Alex. Él quería encontrar una banda, aún así decía que seguramente no le cogerían, yo le decía que si. Después de comer me fui a mi habitación a cambiarme, la verdad no sabía que ponerme. No sabía qué tipo de grupo seria, ni si podría entrar con él… exactamente no sabía nada. Al final opté por esto: http://www.polyvore.com/cgi/set?id=43037452&.locale=es
Como a él y a mí nos gustaba la misma música, pues el grupo en el que estaría seria de nuestro tipo de música ¿no? Al menos eso esperaba. Fuimos andando hasta otro barrio no muí lejos del mío.  A Alex le encantaba como iba vestida y a cada dos pasos me lo decía. Yo le metía codazos y los dos nos reíamos.

lunes, 30 de enero de 2012

No quería que dejara de abrazarme estaba muy bien así, pero estos momentos algún día se tienen que acabar.
-          ¿Sabes algún sitio tranquilo donde podamos ir?
Se me dibujo una sonrisa en el rostro, sin decirle nada más, le cogí de la mano y me lo lleve a los Acantilados. Tardamos un tiempo en llegar, pero los dos íbamos muy bien. Seguíamos agarrados de las manos y yo con su chaqueta todavía puesta. Al final llegamos. Se quedó alucinado. Allí ya no hacia tanto frio y me quité su chaqueta, junto con los tacones y me dirigí un poco más a la punta de los acantilados. Me cogió del brazo para evitar que lo hiciera pero yo le puse una cara con la que entendió que no se preocupara. Seguí caminando hasta llegar al borde. Él hizo lo mismo y se colocó detrás de mí. Si alguien más hubiera estado allí, pensaría que estábamos juntos. Pero no había nadie así que eso no me preocupaba. Acabamos los dos sentados, apoyados en las rocas. Mi cabeza está apoyada en su hombro y los dos nos quedamos observando la vista hasta que:
-          Este es mi lugar preferido, me gusta porque nunca hay nadie. Es un secreto, ¿me lo guardaras?
-          Claro.- me encantaban sus sonrisas.
Nuestras miradas se cruzaron. Sus ojos verdes se posaron en los míos marrones, hasta que al final nuestros labios se rozaron. Nos besamos. Este fue corto, lo interrumpió Alex:
-          Perdona yo…
-          ¿Por qué te disculpas?
Acaricié su mejilla sonrojada y le besé. Este beso fue más intenso que el anterior. Me estaba empezando a quedar dormida, eran más de las tres de la mañana. Alex me ayudó a levantarme y fuimos los dos bien agarrados hasta mi casa. No queríamos hacer mucho ruido, seguramente Dimitri y Casandra estarían durmiendo. Y tenían razón. Cada uno  nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones. Para darme las buenas noches, Alex me dio un beso en la mejilla.
Cuando cerré la puerta fui rápidamente a tumbarme a la cama y pensar en todo lo que había pasado. Estaba muy contenta. Aunque pensé en lo de Blake… pero rápidamente cambie a Alex. En todo lo que nos pasó. No me dio tiempo de pensar en mucho más ya que me dormí en diez minutos.

Capítol 12


Mientras bajaba la escalera, observe que Alex ya estaba abajo. Llevaba un traje de su padre. Lo reconocía bien. La chaqueta negra, con corbata azul que resaltaba sus ojos, aunque fueran de color verde intenso, eran muy bonitos. Cuando me vio puso cara de alucinado. Nunca me había visto así.
-          Estas muy…
-          Gracias.- le interrumpí con una sonrisa. Él me contestó con otra.
-          ¿Os llevo?- apareció Dimitri detrás de Alex.
Me despedí de Casandra y nos fuimos al garaje, esta vez cogimos el coche más grande, el que impresionaba más. El camino no se hizo largo, estuvimos hablando de muchas cosas que teníamos en común. Con el podía hablar libremente si temer a lo que pensara, porque pensaba igual que yo.
Llegamos a nuestro destino. Antes de salir del coche, ya se veían las luces de colores y el conjunto de gente que había bailando y bebiendo.
-          Tener cuidado.-Fueron las últimas palabras de Dimitri hacia nosotros.
Salimos del coche, cogí a Alex del brazo y entramos a la vez. La gente se quedaba alucinada cuando nos veía pasar. Seguramente a partir de ahora saldría en todos los temas de conversación de la noche. Me daba igual. Dejé a Alex en la barra y fui a buscar a S. La encontré estaba con Harry y Blake. Fui a buscar a Alex y nos dirigimos al reservado que tenia siempre S en su fiesta. Hablamos, bebimos, hablamos, seguimos bebiendo. Alex se adaptó muy bien a nosotros. Ya le dije yo que los ricos no éramos como pensaba, o es que él en el fondo se siente un poco rico. Mientras pensaba esto Blake se fue acercando hasta mí, finalmente logró cogerme y me hizo salir del reservado y me llevo a la terraza.
-          ¿Qué quieres Blake?- se lo pregunte de forma pesada ya que no me caía muy bien.
Se giró hacia mí i me empezó a besar. Yo no quería pero me tenia agarradas las manos y lo único que podía decir era: PARA BLAKE, ¡PARA! Era inútil, él seguía y seguía. Estaba frustrada de que no pudiera hacer más. Hasta que apareció Alex como un héroe.
-          ¡Déjala imbécil!-le metió tal puñetazo que empezó a sangrarle la nariz.- Venga, nos vamos.- me cogió de la mano y salimos de la fiesta. S venía detrás, me pare un segundo, se lo expliqué y me dejo ir tranquila.
En la callé Alex me dejo su chaqueta y me cogió del hombro. Estaba en shock. Y Alex lo notó. Nos paramos y me dijo:
-          ¿Estás bien?
-          Si, gracias a ti, si.- Me abrazó muy fuerte y al oído me dijo: Nunca dejare que te pase nada. En ese momento mi mundo dejó de rodar, y el tiempo para mí, se había parado. 

domingo, 29 de enero de 2012

Capítulo 11

A la mañana siguiente, me encontré tumbada encima de Alex. Teníamos encima una manta y Alex seguía totalmente dormido. Casandra estaba haciendo el desayuno. Me levanté despacio para no molestarle y fui a ayudar a Casandra a hacer el chocolate desecho. Al poco tiempo bajó S preguntándome que donde he estado en toda la noche. Yo simplemente le señalé el sofá y ella sonrió. Se puso a poner la mesa y entró Dimitri, que la ayudó. Alex dormía como un tronco y me tocó a mí despertarle. No se me ocurrió nada más que tirarle un vaso de agua a la cara. Se despertó de golpe y todos nos reíamos de él. Este, en un primer momento, se vio enfadado, pero al final acabó riéndose con nosotros. Se fue a secar mientras acabábamos de preparar el desayuno. Hoy tocaba churros con chocolate. Nos pusimos perdidos de chocolate. Nos pasamos todo el rato riéndonos de nosotros mismos. Qué bien me lo pasé.
-          Em, ¿te acuerdas que la fiesta es hoy no? Más que nada es que me tengo que ir a prepararla así que nos vemos a las siete ya sabes dónde.
No me acordaba. ¡La fiesta! ¡Era hoy! Y yo sin vestido que ponerme. Pero se me ocurrió una idea, como Alex también tenía que venir y seguro que no llevaba ningún traje dentro de esa maleta, le dije que si quería venirse de compras.
-          Eso te iba a decir, yo no quiero ir a la fiesta.
-          Pero hijo, es una manera de hacer amigos y de ponerte al corriente de lo de aquí.
-          ¡PERO YO NO SOY COMO ELLOS!
Subió corriendo hasta su habitación. No sabía que pensar, así que decidí recoger la mesa. Le dejé los platos sucios a Casandra y subí para arriba. Llamé a su puerta. De dentro salió un: No quiero que entres. Yo entré y le dije: Si no quieres eso, pon un pestillo en la puerta. Estaba tumbado en su cama. Se había quitado la camiseta que estaba tirada por el suelo. No me sorprendió su tableta, por cómo era, me la imaginaba. Me tumbé a su lado y le pregunte por que no quería venir.
-          No quiero ir con esos pijos.
-          ¿Perdona?-Tono sarcástico.
-          ¡No, no!  Tu no lo eres, pero los demás sí.
-          No los conoces.
-          Ni ganas.
-          ¿Me dejas hablar?- Giré la cara y le miré a él, hizo lo mismo y los dos acabamos mirándonos a los ojos.- Si piensas que todos los ricos pensamos como pijos y esas cosas, estas muy equivocado. La mitad no queremos serlo y queremos ser gente como vosotros. Y si tenemos más dinero, pero no hay mas diferencias entre nosotros, ¿o a caso en estos días has visto que te tratara como alguien inferior a mí? Si es así, ahora mismo cojo la puerta y te dejo tranquilo.- se quedó un rato sin hablar.
-          De acuerdo iré.- le di un fuerte abrazo y me fui a mi habitación a cambiarme.
Llamaron a mi puerta, era Alex que venía a decirme que no hacía falta que fuéramos de compras. No insistí más. Ya era suficiente con convencerle de la fiesta ya no hacía falta hacerlo para ir a comprar. Busqué en mi armario, busqué y busqué hasta que al final encontré un vestido rojo. Este era de tirantes finos, de largo no tenía mucho, no llegaba ni a las rodillas. Los zapatos también eran rojos, de medio tacón, para que no me dolieran mucho los pies. Antes de cambiarme, fui al lavabo a maquillarme y hacerme algo en el pelo. Me hice la raya de arriba y debajo de los ojos, un poco de rímel, colorete y los labios de color rojo, naturalmente. Cuando me miré en el espejo, vi mi pelo largo, que me llegaba casi al ombligo. Decidí alisármelo y dejarlo suelto.  Finalmente me cambié y baje abajo.

Capítulo 10

S y Alex congeniaron bien. Bueno, siempre hablaba S mientras Alex se reía. Yo me sentía como que sobraba hasta que Alex me miró y me sonrió. En ese momento los tres empezamos a hablar de muchos temas. De postre había helado de chocolate. A mí me encantaba pero siempre me ponía perdida. Y ese día no iba a ser menos. Tenía bigote de chocolate. Todos se rieron de mí y yo no encontraba mi servilleta. Alex me dejo la suya. Yo estaba colorada pero al final me acabé riendo. Nos sentamos en el sofá a ver la tele cuando S dijo:
-          Em, ¿te acuerdas de mí fiesta no?- la verdad es que no me acordaba. S siempre celebraba fiestas y esta semana tocaba una de ellas.- Que sepas que Alex también puede venir.
Observé que Alex no dijo nada. Yo simplemente asentía. Llegó la hora de dormir, Alex se fue a su habitación S y yo nos fuimos a la mía. S entró en su facebook un rato mientras yo intentaba dormir. Me costaba mucho quedarme dormida, escuché cuando S se iba a su cama, también escuche a Dimitri subir al lavabo. Iba pasando el tiempo y decidí bajar a por un vaso de leche. Cuando bajé, estaba Alex buscando en la nevera alguna cosa. Yo me acerqué silenciosamente y le pegué un buen susto a lo que dije:
-          ¿Te gustan las películas de miedo?
-          Pues claro.
Me fui a buscar las películas que tenía y elegimos la que pensábamos que daría más miedo y así fue. Tenía tanto miedo que no podía evitar cogerme a Alex. Acabada la película los dos estábamos acurrucado el uno encima del otro. Nos quedamos dormidos viendo una peli de miedo. ¿Increíble verdad?

sábado, 28 de enero de 2012

Capítulo 9

No tardamos mucho en acabar. Los dos finalizamos nuestras partes a la vez. Pero él se dirigió al armario. Todavía tenía más cosas ahí. Vació todo el armario. No tenía nada de ropa. Me di cuenta de que aún tenía la maleta por deshacer. Al final todas las drogas acabaron en una bolsa de la basura y exactamente no sabíamos dónde tirarlas. En ese instante entró Dimitri por la puerta. Nos sonrió cogió la bolsa y nos dijo que él se encargaría del resto. Alex se tumbó en su cama, yo me iba a ir a mi habitación cuando Alex dijo:
-          Gracias. Puedes quedarte si quieres.- con una sonrisa le demostré que no hacía falta que me diera las gracias y me fui.
Tenía ganas de desconectar, pero no me podía ir a los acantilados porque estaba lloviendo. Así que me quede en mi habitación, me puse los cascos y me conecté un rato al Facebook. Tenía cinco mensajes de S. No me había acordado de decirle nada. La llamé corriendo, me lo cogió muy rápido y me cayó una bronca de las suyas. Cuando acabó se lo expliqué todo y decidió venir a visitarme. Sus visitas eran quedarse a dormir. Avisé a Casandra. Esta como siempre con una sonrisa en su rostro. Hizo pizzas. Yo subí a avisar a Alex. Como no e contestaba entré su habitación preocupada. Se había quedado dormido deshaciendo la maleta. Cuidadosamente. Bajé el volumen de la música y dejé que descansara. Me gustaba verle así, sin los ojos rojos llenos de rabia, ni con pastillas alrededor de él.
Llegó S. Me abrazó muy fuerte y me dijo que estaba muy preocupada por mí. Yo entre mi pensaba <claro, después de la tempestad viene la calma>. Como aún era pronto para cenar, fuimos a mi habitación. Nos pasamos dos horas hablando y hablando. Era increíble que siempre tuviéramos temas de conversación. Bueno los de S eran siempre los mismos. Ella y Harry llevan saliendo desde la guardería. Sus padres los juntaron. Tienen la vida escrita. Como yo. Esto es una de las cosas malas de ser Rico, te escriben la vida. Pero yo quería cambiar esa línea que mis padres habían dibujado. Mientras estaba pensando en mis cosas llamaron a la puerta. Era Alex que nos decía que ya podíamos bajar a cenar. Parecía otra persona. Más simpático, alegre… S enseguida le echó el ojo, y ya me había dicho que era muy guapo. Me reí.

viernes, 27 de enero de 2012

Capítulo 8

Cuando pensé que ya habían acabado de hablar, me abrace junto a ellos. Parecíamos una familia. En ese momento llamaron a la puerta. Era el médico. Salimos y cuando volvimos a entrar nos dijo que esta tarde ya tendría el alta médica. Llegó la hora de comer, Dimitri salió a buscar comida Japonesa.
-          Escuché la música que tenias puesta, a mí también me gusta esa música.
-          Mira, mejor, a si no discutiremos por el tipo de música.- los dos nos reímos.
Justo en ese momento entró Dimitri por la puerta con la comida Japonesa. Los dos empezamos a comer y Alex se quejaba de que él quería comer eso. Yo me reía, al final Alex se comió la comida del hospital. Cuando acabamos encendimos la televisión y nos quedamos un buen tiempo viéndola. Entró el médico y nos dijo que ya nos podíamos ir. Le dio unos medicamentos a Dimitri mientras yo ayudaba a Alex a levantarse y recoger las cosas.
Al llegar a casa, Alex se sentaba un poco desorientado, le ofrecí sentarse a ver una película con migo. Este me pregunto que si serian de esas sensibleras que le gustan a todas las chicas. Me quedé pensando en lo gilipollas que era hasta que me dijo que era una broma y se rió. A mí no me gustó mucho la verdad a sí que fui a buscar la mejor película de acción que tuviera. Dimitri se fue a descansar, estos últimos días fueron demasiado para él.
Acaba la película me dirigí a recoger y después de eso a mi habitación, pero antes de subir las escaleras Alex me dijo:
-          ¿Me harías un favor?- asentí con la cabeza- Me ayudarías a tirar todas las...- antes de que acabara yo le conteste.
-          Sí.
Vi como una sonrisa asomaba por la cara de Alex. Entramos en su habitación. Ya no olía tanto a drogas pero aún así vi a Alex triste. Empecé a tirar todo lo que tenía en el escritora, Alex hizo lo mismo pero con su cama. Notaba que le costaba un poco así que le comente que ya lo haría yo, él me miraba y me decía que no hacía falta. 

Capítulo 7

-          Señorita Van der Woodsen. Emily. Despierte.
Me había quedado dormida en el regazo de Alex. Todavía tenía su mano cogida a la mía pero él todavía no se había despertado.
-          Dimitri ¿Sabes algo de su estado?
-          Dicen que es normal que tarde en despertar, se ve que llevaba muchos días sin dormir a causa de las drogas y que ahora está descansando. Emily será mejor que vayas a desayunar.
Acepté la oferta de Dimitri. Los dos fuimos a desayunar al bar del hospital. Yo me pedí un croissant de chocolate con un capuchino, Dimitri se pidió un café solo con un bocata de jamón. Ninguno dedico ni una palabra al otro. Estábamos los dos inquietos a la espera del aviso que nos darían cuando despertara.  Al finalizar el desayuno los dos volvimos a subir. Esta vez pudimos entrar los dos. Le dije a Dimitri que descansara en el sillón. Al principio no quería pero al final lo hizo y se quedo dormido. Yo estaba de pie observando a Alex. Se le veía con buena cara, mejor que la última que vi.
Al cabo de veinte minutos, Alex fue abriendo los ojos. Me puse muy contenta. Alex estaba desorientado y Dimitri seguía durmiendo, así que me tocó a mí explicárselo todo. Sin moverme del sitio empecé:
-          Te han hecho un lavado de estomago. Estabas muy mal. Nos han dicho que intentemos ayudarte para que no te enganches. Cuando te traemos estabas entre la vida y la muerte.- vi como Alex no entendía muy bien lo que le decía.- Estabas muy mal y vinimos aquí para curarte.- lo decía muy poco a poco.
-          Lo sé. – me sorprendió su respuesta.- voy a dejarlo y quiero pedirte perdón por lo del otro da.
-          ¡No te preocupes!- y una de mis sonrisas apareció en mi rostro. Él también hizo una.- Te ayudare a superarlo. Estoy aquí para lo que necesites.
Dimitri de despertó y cuando vio a Alex despierto fue rápidamente a darle un abrazo. Alex le abrazó con fuerza. Era la primera vez que veía una señal de afecto entre ellos. No escuchaba nada de lo que se estaban diciendo pero seguramente sería un: Lo siento, Cambiare y seremos felices. 

Capítulo 6

Mientras acababa de recoger, vi como Dimitri y Alex se estaban peleando. Al segundo, Alex ya estaba subiendo las escaleras y Dimitri, se veía muy enfadado. Me quedé un rato viendo la tele. Cuando subí hacia mi habitación volví a oler el olor que provenía de la habitación de Alex. Esta vez no hice nada, simplemente entré a mi habitación. Me puse un rato al Facebook para ver mis notificaciones. Tenía un mensaje de S en el que me preguntaba que me paso en el Pub. No le contesté cuando la viera ya se lo contaría. Tampoco era nada importante, pero es que estaba un poco cansada. A si que se metió en la cama y se puso a dormir. Aunque no pudo. Alex tenía puesta la música, era la misma que le gustaba a ella, pero estaba demasiado fuerte y no podía dormir. No quería ir a decirle nada, por no molestar. Pero la música no paraba. Tuvo que ir a avisarle. Llamó a la puerta, esto ya era una costumbre, y no contestaba. Ya estaba harta de todo esto así que abrí la puerta. Me lo encontré tumbado en la cama rodeado de… lo que había visto antes. No sabía qué hacer, bueno sí. Primero fui a buscar a Dimitri. Los dos volvimos a subir a buscarle, habíamos llamado a una ambulancia. Llegó pronto. Se lo llevaron corriendo al hospital. Nosotros dos nos fuimos en coche detrás de ellos. Cuando llegamos, nos dijeron que tenían que hacerle un lavado de estomago. Dimitri estaba cabreado, nervioso, preocupado. Tenía todas las emociones juntas.  En cambio, yo estaba preocupada. Yo sabía lo que era un lavado de estomago y ese hospital me traía malos recuerdos.  Pasó media hora antes de que pusieran a Alex en una habitación. Nos informaron que sería mejor que entráramos de uno en uno. Dimitri entró primero. Estuvo un buen rato, tenía ganas de saber exactamente qué estaba pasando en esa habitación. Finalmente salió de ella, rápidamente yo entré. Estaba allí tumbado en la cama. Todavía no se había despertado. Estaba cansada, así que me quede en el sillón que siempre había en esas habitaciones. Lo veía ahí tumbado. Su cabello rubio me llamaba mucho la atención, no era rubio del todo, era un color miel, más o menos. Me vino a la memoria una imagen que no quería recordar. Le cogí la mano y me quedé mirándolo.

jueves, 26 de enero de 2012

Capítulo 5

Después de comer, me fui a mi habitación a escuchar música. Se ve que Alex se había instalado en la habitación que está delante de la mía. Cuando pasé olí un olor bastante extraño, piqué a la puerta pero no había señales de vida. Entré de golpe y encontré a Alex fumando… exactamente no lo sabía. Tenía la mesa llena de pastillas, cigarros, de todo. Sus ojos estaban enrojecidos y antes de que pudiera ver algo más Alex me gritó:
¿Qué haces aquí? ¡Fuera!
Me empujó tan fuerte que acabé en mi puerta. Me había dado un fuerte golpe. Él cerró la puerta y no me dijo nada. Al oír el estruendo Dimitri subió a ver qué pasaba. Me vio a mí en el suelo medio encogida. Vi como se dirigía a la habitación de Alex pero yo me interpuse rogándole que no entrara, que no había pasado nada, que había sido yo que me había tropezado. Dimitri me miraba, desconfiado, pero finalmente me creía. Bajamos a ponerme hielo en el moratón que tenía en el hombro. Dimitri seguía desconfiando y preguntando que como es que con una caída se haga un moratón en el hombro. Yo no contestaba. Seguía pensando en la imagen de la habitación de Alex. Al acabar le dije a Dimitri que si veíamos nuestra película favorita. Lo hice para evitar el encuentro entre ellos dos. El aceptó mi propuesta pero quería ir a avisar a Alex. Rápidamente le dije que antes había hablado con él y que me había dicho que por la tarde no le molestáramos. Odiaba mentir a Dimitri pero tenía que hacerlo, por el bien de los dos. Me volvía a mirar con cara de desconfianza pero aceptó. Preparamos unas palomitas i vimos la peli. Cuando acabó, quería ir a buscar a Alex para que bajara a cenar, yo me ofrecí a ir por él. Aceptó. Subí las escaleras lentamente, tenía miedo de que vuelva a pasar lo de antes. Llamé a la puerta y como antes no contestó. Yo simplemente, a través de la puerta, le dije que bajara a cenar. Cuando ya me iba a ir salió por la puerta. Ya no tenía los ojos de color rojo. No me dijo nada, simplemente bajó las escaleras y se fue a sentar en la mesa.  Ninguno hablamos. Al acabar Casandra se levantó  para recoger y yo la ayudé. Observé como Dimitri intentaba hablar con Alex pero este no quería hacerlo.

Capítulo 4

Eran las 12:30 de la mañana. Tenía un dolor de cabeza inmenso. Como si supiera lo que me pasaba, Casandra llamó a la puerta y me trajo unas pastillas contra el dolor de cabeza, con un poco de zumo de naranja y unas galletas, de las que a mí me gustaban, pero que mi madre no quería que comiese, quería que estuviera delgada y decía que comidas como aquellas no son apropiadas para mí. Casandra no dijo nada, me sonrió y se fue. Me lo tomé todo muy rápido, tenía mucha hambre. En ese momento me acordé del chico que me encontré por la noche. Entonces entró Dimitri por la puerta:
-          Emily, quería explicarte lo de ayer. Mira, tengo la custodia de mi hijo, porque mi ex mujer a muerto y como no tengo casa propia tenía que traerlo aquí, pero en cuando pueda me lo llevare a otro lado.-Parecía nervioso y alterado.
-          Dimitri, tranquilo, se puede quedar el tiempo que quiera, es mi casa, y yo digo que se quede.
-          Pero…
-          Es MI casa y decido que se QUEDE.
Dimitri hizo el gesto de De Acuerdo y salió de la habitación. El dolor de cabeza me fue disminuyendo  a sí que me levante poco a poco de la cama y me dirigí al lavabo a darme una ducha.  ¡Qué bien me sentó! Me cambié de ropa y bajé al comedor. El chico de ayer estaba tumbado en el sofá hablando con Dimitri, no parecía prestarle atención. Decidí no molestar y me quedé en las escaleras. Pero el chico cambio la mirada hacia mí y Dimitri hizo lo mismo.
-          Emily, este es mi hijo Alex. Saluda Alex.
-          Hola. – me lo dijo sin mirarme a la cara. ¡Que mal educado!
-          ¡Hola!.- intenté dedicarle una de mis mejores sonrisas.
-          Perdónele.
-          No pasa nada.- y le guiñé un ojo.
En ese momento me di cuenta de que Alex giró su mirada hacia mí, me puse roja. Alex se levantó y por un principio parecía que se dirigiera hacia mí, pero pasó completamente y se fue a su habitación, eso creo. Cuando me giré vi a Dimitri tirado en el sofá con las manos en la cabeza.
-          ¿Dimitri, que te pasa?-dije alarmada. Él me miró y me contestó:
-          No sé que voy a hacer con él. No me hace caso en nada.
-          Pero no lo entiendo porque no te hace caso
-          Pasé de él.- Le mire con cara de sorprendida.- Cuando nació me acobardé y me fui, dejando a su madre sola con él, seguramente será por eso. Además le he alejado de sus amigos…
No sabía que decir. Por una parte entendía a Alex que estuviera de esa manera pero por otra me daba pena Dimitri.

Capítulo 3

Acabé de observarme y me dirigí al garaje donde Dimitri siempre estaba esperando órdenes para conducir los coches. Digo esto porque no tenemos un coche, ni dos, ni tres. Tenemos cinco. A mi padre le encantan los coches, como seguramente habréis averiguado.
-          ¿Qué coche quiere y a donde le llevo Señorita Van Der Woodsen?
-          Primero, me da igual el coche, segundo, al Palace y tercero, si no están mis padres no me llames Señorita, ¿vale?- y le guiñé un ojo.
-          Como usted desee se…, digo Emily.
Subimos al coche y pusimos rumbo al Hotel Palace. Allí vivía Blake. Era el hijo del propietario del hotel. Otro de los componentes de la más alta élite. La madre de Selena también pertenecía a este grupo y los de su novio, Harry, también.
Al subir a la habitación de Blake, estaban todos allí. Selena se acercó y me dio un abrazo, era nuestro método de saludo. Harry me saludo con una sonrisa y Blake, bueno, Blake es Blake.
-          ¿Nos vamos?
-          ¿A dónde vamos?
-          Em, ¿a dónde vamos a ir?
Me reí, con ellos era una pregunta tonta. Siempre, hiciéramos lo que hiciéramos, acabábamos en una discoteca o pub. Pero ese día fuimos directos. Íbamos en la limusina de Blake, bebiendo champagne, riéndonos… Llegamos al pub y parecía que nos estuvieran esperando. Salimos del coche como si fuéramos estrellas del cine. Pasamos una fiesta entre música, gente, alcohol, más música, más gente, más alcohol… Me había cansado, estaba un poco agobiada, S no me dejaba ir, pero es que ya no podía aguantar más. Llamé a Dimitri para que me viniera a buscar. No tardó mucho en llegar. Iba un poco bebida y me tuvo que ayudar a entrar en el coche.
-          Lo siento Dimitri.
-          No se preocupe se… digo Emily, pero le pido por favor, contrólate, no me gustaría que le pasara nada.
Dimitri era como un segundo padre para mí, él era el que me llevaba a todo los sitios, el que venía a curarme las heridas, se preocupaba por mí. Era muy buena persona conmigo.
Llegamos a casa. Entré antes que Dimitri. Y, creo que iba bastante bebida, pero vi a un chico en calzoncillos comiéndose un yogur. Estaba justo enfrente de mí. Los dos nos quedamos sorprendidos. Al entrar Dimitri le pregunté:
-          ¿Quién es este?
-          Alex, estas en casa ajena, no hagas estas cosas!
Alex pasó de él y se fue a sentar en el sofá.
-          Perdone Emily, será mejor que suba a su habitación, descanse y mañana se lo explico todo.
-          Si, será lo mejor.

miércoles, 25 de enero de 2012

Capítulo 2 ¿La diferencia de dinero importa en el amor?

En el barrio siempre te encontrabas a niños jugando con sus coches de juguete o yendo en bicicleta, también están las típicas parejitas que van en patines agarrados de la mano.  Si, en ese barrio te podías encontrar de todo. Como ya he dicho antes era muy bonito, la calle principal era muy ancha y tenía en los dos lados de la carretera una hilera de arboles. Esta muy bien para ser un barrio de las afueras de una ciudad como la mía y solamente estaba a 15 del centro.  Cuando llegabas al camino del acantilado había una barrera, para evitar que la gente pasara, pero yo no hacía caso a esa advertencia, más que nada, porque me encantaba ese lugar y no iba a dejar de ir simplemente porque me pongan una valla. La salté y me adentre a mi vía de escape. Y como siempre no había nadie. Me senté en el borde a escuchar el sonido del mar chocando contra las rocas. Me transmitía mucha tranquilidad. Me quedé allí un buen rato hasta que me sonó el teléfono. Era S.
-          ¿Todavía tienes ganas de quedar?
-          Si.
-          Pues a las 8:30 en mi casa.
Y me colgó. No sabía lo que íbamos a hacer. Como ya eran las 7:30 me fui hacia casa. Cuando llegué recibí un mensaje de S diciéndome que me vista formal. Vale. Tenía muchos vestidos formales, pero no me gustaba ninguno. Al final escogí un vestido azul eléctrico, con dama de honor que me llegaba por las rodillas. Para ser un vestido formal era muy cómodo. De zapatos me puse unos de tacón altos de color azul oscuro. Me hice un medio recogido. Según S, tenía el pelo perfecto para hacer cualquier cosa. Me mire en el espejo de salida. Todo el mundo me dice que soy muy guapa, pero yo no lo veo. Soy una chica bastante alta para mi edad, tengo el pelo negro, ni rizado ni liso, mis ojos son marrones y la piel bastante pálida.

Capítulo 1

-          Emily cariño nos vamos. Cuida de la casa. Casandra vendrá todos los días para hacerte las comidas y limpiar la casa. Dimitri estará aquí para todo lo que necesites y sobretodo, cuídate mi amor.
-          Que si mamá.
Mi madre siempre estaba encima de mí. En mis 16, casi 17, años de mi vida me había tratado como su princesita y ya me había cansado un poco, pero aun así me la quería mucho.
-          Puedes hacer fiestas pero por favor, cuando volvamos queremos la casa limpia.
Mi padre siempre haciéndome los mismos comentarios.
Somos los Van Der Woodsen. Mis padres, bueno y yo, pertenecemos a la más alta elite de ricos. Es una buena vida. Bastante buena. Pero a veces solo me gustaría tener una vida normal. A mucha gente le gustaría estar como yo. Tener una casa enorme, un armario lleno de ropa, bolsos, zapatos... Pero esta vida no es del todo buena. Lo que no sabía es que las últimas palabras que me dedicaron mis padres serian el principio de esta historia.
Por fin mis padres me dejaron sola, en una casa demasiado grande para mí.  A sí que llame a S para que viniera para ver una peli o hacer alguna cosa. S era mi mejor amiga, no se llama a sí, su nombre es Selena. Muchos piensan que es muy prepotente, que se cree mucho. Es verdad, pero como amiga es excepcional y siempre tiene sus buenos momentos.
Cuando la llamé me dijo que no podía venir. Era raro, normalmente ella nunca tenía nada que hacer.  Pues nada, le dije a Casandra que me iba a dar una vuelta. No me dijo nada, claro, que me iba a decir ella. Tenía una ventaja de tener esa casa. Estaba situada en un barrio muy bonito y al final de este había un camino que llevaba a los acantilados. Siempre me gustaba ir allí a ver el mar y desconectar de mi vida.  

martes, 24 de enero de 2012

Agradecimientos

Gracias a todos! Si no hubiera sido por vosotr@s no lo hubiera echo, jaja, de verdad, me encantaba veros todas impacientes por saber como continuava, y algunas llamandome ... bueno ellas ya saben que me decian.Y bueno pues nada que si quereis otra historia solo teneis qe decirmelo ;)

Capítulo FINAL!

Pues esta es mi historia. Ahora, después de dos años, sigo con Louis y estamos muy felices. Vamos de un lugar a otro. Como yo quería. Hemos tenido nuestras peleas, nuestros berrinches, pero seguimos queriéndonos y espero que esto dure, para siempre si puede ser.
<Narra Louis>
Nunca pensé que encontraría a la chica de mi vida, pero parece que es así. Estamos muy bien juntos. Cada día estamos en un lugar diferente pero nuestro amor sigue igual que el primer día y eso me encanta.

Capítulo 24

Esas palabras me llegaron al corazón. Nos quedamos mirando cómo se ponía el sol agarrados de la mano. Era todo maravilloso. Ahora lo único que quería era estar con él.
Volvimos a casa. Pedimos unas pizzas y vimos una película. Era una de amor. Trataba de que los dos amantes no podía estar juntos y se iban los dos a vivir lejos de ese lugar y lo consiguieron y fueron “Felices para siempre”. En ese momento miré a Louis y le dije:
-          Me gustaría irme de este lugar. Fugarme.
-          ¿Lo hacemos?
-          ¿Haría eso por mí?
-          Esto y mucho más.- Estaba seguro de lo que decía.
En ese momento estaba muy contenta, le di un beso en la mejilla. Me fui a mi habitación, cogí las cosas más importantes y cuando salí le dije:
-          Pues vámonos.
-          ¿Estás segura? ¿No quieres avisar a nadie?
-          Segurísima y no me hace falta.- le guiñé el ojo.
-          Pues tienes que esperar a que coja yo mis cosas.
-          Vale…- hice cara de tristeza, pero él me agarró me dio un beso y dijo:
-          En veinte minutos estoy aquí.- Y con una sonrisa se fue.
Estaba muy feliz. ¡Era el sueño de mi vida! irme de ese pueblucho perdido en el monte e ir a un lugar precioso y sobretodo viajar. Y, lo que nunca llegue a pensar, es que sería con el chico de mi vida.
Muy puntual llegó a mi casa y como la última vez salí corriendo, pero esta vez, a sus brazos para darle un fuerte abrazo. Finalmente, nos pusimos a rumbo desconocido.