Salimos
de clase y los dos me acompañaron a casa, aunque yo me resistia, ellos
insistieron.
Al
llegar a casa, Mike volvia a bajar la basura.
-
Definitivamente, eres el basurero, ¿podrias bajar la mía?- le dije
golpeandole con el codo y riendome. Él no contestó, le pasaba algo. Me despedí
de Ari y Raul y subí detrás de él, en silencio.
-
No hace falta que me sigas-dijo sin girarse.
-
Primero, vamos al mismo sitio, segundo, hasta que no me digas que te
pasa no me iré.
-
Mira, dejame si? Tu y yo no tenemos nada, que quede claro- dijo
mirandome fijamente. Esas palabras me irieron, pero a él más.
-
¿Porque dices eso?- le dije, sacando mis fuerzas de nose que lugar.
-
De ja me-dijo cruelmente. Ya no pude más, aguante las lagrimas. Le
aparté con un empujon y seguí subiendo las escaleras, hasta que:
-
No es mi culpa de que me invitaras a tu casa, fuiste tu el que lo
hizo, el que me dijo de estar contigo- el giró la cara, no podia aguantarme la
mirada- que tu novia sea una celosa no es mi culpa y no tienes derecho a
tratarme asi, yo no hice nada malo- en ese momento, Mike se dio cuenta de que
habia dado en el clavo, pero no le di tiempo a responder, porque me fui a mi
piso.
No me
salian las lagrimas, pero me desmoroné. No tenia derecho a decirme esas cosas,
yo no habia echo nada. Lanzé la bandolera al suelo y me tumbé en la cama. Nunca
me imaginé que me diria una cosa así. Cerré los ojos y me quedé dormida.
Al día
siguiente, el timbre me despertó. Miré el reloj, eran las once y media. Abrí la
puerta y apareció Mike, tenía los ojos llorosos. Me abrazó. Al principio me
gustó pero luego pense en lo de ayer y le aparté.
-
¿Pero a ti que te pasa? ¿Te piensas que despues de lo de ayer puedes
venir aquí, darme un abrazo, y todo arreglado?- dije sacasticamente.
-
Se que lo hice mal, perdona. Pero estoy confundido.
-
¿Y es culpa mia?
-
¡SI!-dijo de repente. Me miraba fijamente, estaba arrepentido- desde
que llegaste he dudado de lo mucho que quiero a mi novia, ayer discutimos y…
casi cortamos. Hoy la he llamado pero no me lo coje. Estaba enamorado de ella, pero tu me abriste
los ojos. Tenias razón. Ayer me dijo que mas de una vez se le ha presentado la
ocasión de ponerme los cuernos, y a mi no se me ocurrió nada mas que decirle
que a mi tambien. Y se cabreó un monton- hubo una pausa que yo rompí.
-
¿Y, que culpa tengo yo?
-
Pues que mi oportunidad fuiste tu.- me quedé parada y él siguió- per
aún así, lo de ayer, lo dije sin pensar, perdoname.
-
Vale, no pasa nada, no te preocupes- dije intentando no pegarle,porque
era lo que queria hacer.- me sonrió- pero que sepas, que con esto no estas
perdonado del todo.
-
¿Y que tengo que hacer?- cambió totalmente su cara y me miraba
probocativamente, yo le saqué la lengua y le dije juguetona:
-
Dame un beso, en la boca.
-
Sabes que no puedo.
-
Que mejor manera de saber si aquella noche hubiera pasado algo sino es
darme el beso y saber que sientes.- dije moviendo la cabeza hacia un lado y
acercandome un poco- ademas, como sabes que ella ya lo ha hecho con otro
hombre, asi te anticipas.
-
Tienes razón… pero no sé.
-
¿Indeciso?Pues entonces nada- me giré para irme, cuando él me cogió
del brazo.