Llegó la hora de conocer a la banda. Cogí el metro para llegar al lugar. En la puerta había un chico con la guitarra. Era alto y delgado, con pelo pincho, completamente negro. Pensé que sería el guitarrista y le saludé:
- Hola.
- ¡Hola! ¿Vienes a lo del grupo?
- Sí, soy la cantante.
- Demuéstramelo.
- Ya lo haré dentro de un rato.
- Me caes bien.
- Tu a mi también.
Me había causado buena impresión, esta vez había podido ver sus ojos de color marrón oscuro. Poco después llegó una chica, con el pelo… espera, yo la conocía, era Amaia.
- ¡Hola chicos!- dijo con voz de niña buena- ¿Sois del grupo?
- Si-dijimos al unísono.
Seguidamente llegó el último componente del grupo. Este era como el otro, alto, delgado, pelo castaño y ojos casi negros. Este no dijo nada, simplemente hubo cruce de miradas. Amaia empezó la conversación.
- Me llamo Amaia, encantada.
- Oscar-dijo el guitarrista.
- Yo soy Mario.
- Finalmente, yo me llamo Julia.
Ale, ya nos conocimos. Amaia entabló conversación de nuevo y todos empezamos a congeniar, éramos como un puzle. De muchas piezas que había, cuatro encajaban perfectamente. Cada uno con sus diferencias, pero iguales. Decidimos empezar a tocar. Y como había dicho antes, todo fue rodado, como si ya nos conociéramos. Al acabar la canción, nuestra primera canción, Iván apareció por la puerta, aplaudiendo.
- Sabía que encajaríais.
- ¡Gracias a mí!- intervino Amaia.
- Si, gracias a ti.
Los dos se rieron y se saludaron con un abrazo. ¿Lo que sentía eran celos? Mejor que no lo fueran.
- Pues nada chicos, veo que lo habéis echo todo vosotros solos. Simplemente deciros que yo seré vuestro representante, vuestras actuaciones estarán bajo mi permiso, espero que confiéis en mí.
- Mientras nos des actuaciones.- dijo Mario, con un tono un poco borde.
Iván no contestó. Estuvimos hablando de futuras canciones, Iván también participaba, sabía bastante sobre música, sería un buen representante. Acabamos el encuentro y cada uno se fue para su casa con nuestros teléfonos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario