martes, 21 de febrero de 2012

Capítulo 3

La música estaba a todo volumen. Carlos se fue a buscar las bebidas y yo me quedé allí, en medio de la entrada, sin saber qué hacer. Observaba a la gente que estaba bailando. Me daban pena. Las chicas se “restregaban” en los chicos y estos con cara de “salidos” porque una tía estaba bailando con ellos. Mientras pensaba en esto, Carlos se acercó a mí y me ofreció una de las bebidas que llevaba. Nos quedamos los dos mirando la pista de baile, y seguramente que pensábamos lo mismo. Decidimos ir a una mesa a hablar. Esta vez no sabíamos el tema de nuestra conversación y nos quedamos mirando. Estuvimos un rato callados, hasta que miré el reloj y vi la hora que era:
-          Me tengo que ir. Mañana madrugo.
-          Te acompaño.
Le hice una de mis sonrisas y me dirigí a la salida. Pero, las tres chicas que me habían invitado se interpusieron en mi camino.
-          ¿Ya te vas?- dijo una en tono sarcástico.
-          Tengo que madrugar.
-          Qué pena, ahora es cuando iba a empezar la fiesta.-No quería saber de que iria la continuación, cogí a Carlos y salí de la fiesta dejando a las tres Clones sorprendidas.
Ya en la calle, respire aliviada, no sé por qué. Fuimos a casa sin decir ni una palabra, el silencio se me hacia incomodo y cuando iba a intervenir me dijo:
-          Mejor te dejo aquí, no falta mucho para llegar a tu casa. La mía esta cerca asi que no te preocupes.- Antes de que pudiera despedirme él ya estaba de camino a su casa, a unos 5 metros de mi.
Entré en casa, la luz del despacho de mi madre estaba encendida. No entré, fui directa a ver a mi hermanita. Esta estaba abrazada a su osito de peluche, completamente dormida. Me acerqué a ella, le di un beso en la mejilla y la arropé. Después de esto, entré en mi cuarto, me puse el pijama y me tumbe en la cama. Me quedé pensativa. Lo que había pasado, lo que estaba pasando y lo que pasará, todo esto era lo que me venía a la cabeza hasta que me dormí.
Sonó el despertador. Eran las ocho de la mañana de un sábado. Me costó levantarme, pero lo conseguí. Entre en el lavabo a ducharme. Me hice un moño y salí a cambiarme. Me puse esto: http://www.polyvore.com/cgi/set?id=44120790&.locale=es
Y fui a la cocina, no tenía hambre, así que simplemente cogí una pieza de fruta. Abril todavía no había llegado, le deje una nota en el fregadero. De mi hermana me despedí ayer por la noche y mi madre… a ella le daba igual. O eso pensaba porque en ese momento apareció y me dijo:
-          ¿Te vas sin despedirte de t madre?
-          Si. – no me ando con rodeos.
-          Eso no está bien.
-          Tampoco está bien lo que tú haces.
-          Cariño, ya sabes que tengo mucho trabajo, y lo necesitamos.
-          ¡Eso es mentira!- ya estaba furiosa.- ¡utilizas el trabajo para no acordarte de papa! Y ¡eso nos perjudica a nosotras!
-          Mi niña eso no…
-          Eso si.- la interrumpí.- mira, Anabel- no quería llamarla mamá- solo quería irme sin problemas así que te pido que me dejes irme.
Mi madre se puso a llorar, pero no le di importancia y me fui de casa.
Por suerte mi casa no estaba lejos de la estación, llegué en diez minutos. Cogí el billete y me dirigí a mi destino. Barcelona.

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