<Narra Alex>
Me había enamorado de la chica de mis sueños. Parecía mentira que la hubiera encontrado. Al principio me comporte como un imbécil y aún así ella seguía a mi lado. Es increíble. La quiero. Y no sé qué haría si la perdiera. Estaba allí, con ella a mí lado, dormida.
Yo me levanté y me fui a duchar. No era un sueño. Todo estaba pasando de verdad.
Cuando volví a la habitación, Emily seguía durmiendo. Me acerqué a ella, se aparte el pelo y le di un beso en la mejilla con la intención de despertarla. Y así fue. Hizo unos estiramientos, se froto los ojos y me dijo:
- Buenos días.
Sus sonrisas me volvían loco. La besé. Le dejé una de mis camisetas para que fuera a su habitación a cambiarse. Yo bajé abajo. Casandra estaba preparando el desayuno. La asuste, cogí una tostada y me fui a sentar en el sofá.
- ¿Qué tal el día de fiesta?
- Muy bien señorito Rice.
- Llámeme Alex, por favor.
Casandra siguió haciendo el desayuno. Bajó mi padre con cara de sueño.
- ¿Qué te pasa?
- Nada, que ayer jugué demasiado.
- Claro, como tú te emocionas jugando al golf.
Me hizo una mueca de las suyas. Bajó Emily y nos pusimos a desayunar. Todo estaba buenísimo como siempre. Sonó mi teléfono, era Nate.
- ¿Puedes venir a ensayar esta tarde?
- Claro.
- Vale, pues a las siete en mi casa, ok?
- Ok.
Me volví a sentar en la mesa y antes de que pudiera decir nada, mi padre comentó:
- Veo que te lo tomas enserio lo del grupo.
- ¿Claro papá que te pensabas?
No contestó. Acabado el desayuno ayude a Emi a recoger y subí a mi habitación.
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