Ese día me sonó el despertador. Tenía que llamar a mi hermana, y como iba a un campamento, debía hacerlo pronto.
- ¿Marta Stinson?
- Ahora se pondrá.-era una voz dulce, me alegré.- ¿Quien es?
- ¡Tata!-parecía una niña pequeña- ¿Cómo va todo?
- ¡Fantástico!-ella seguía siéndolo- Felicidades.
- Muchas gracias peque.
- Me tengo que ir, que tengo piscina-me la imaginé con una de sus sonrisas de oreja a oreja.
- No pasa nada, te llamaré otro día vale?
- ¡Sí!-y colgó.
Me entró nostalgia. Pensar que a partir de ahora no la vería cada día, no me daría sus Súper Megas Abrazos, y sobretodo pensar que crecerá sola, bueno, sola no, con Abril. Casi me pongo a llorar cuando llaman a la puerta. “Entra” dije.
- ¡Felicidades!-Clary llevaba una madalena de esas de colores con una vela en medio.- Es que solo para dos personas un pastel era demasiado.
- No pasa nada. Pensaba que no te acordarías.
- ¿Cómo no me iba a acordar del cumpleaños de mi amiga, compañera de piso? Tonta.
- ¡Oye!
Las dos nos reímos y nos comimos la madalena. Estaba buenísima. Cuando Clary salió de la habitación y móvil sonó. “Número desconocido” “tal vez será Iván” lo cogí sin pensar en nada más.
- ¿Sí?
- ¿Julia? ¿Eres tú?
- Si.
- Soy Iván-me lo imaginaba por la voz- Llamo para decirte que si esta tarde puedes quedar para empezar con el grupo.
- Esta tarde, si.
- Muy bien! Pues quedamos en las Galerías, las que están al lado de el Corte Inglés.
- Vale.
- Por cierto, felicidades.-me sorprendí, otro que se había acordado, se me subieron los colores.
- Gr, Gracias.
Colgamos a la vez. Clary entró por la puerta preguntando si era Iván. Le afirme con la cabeza. Ella me puso una sonrisa coqueta y me empezó a hacer cosquillas. No entendí porqué lo hacía. Pero me daba igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario