viernes, 9 de marzo de 2012

14


Cuando llegué a casa, Clary me esperaba sentada en el sofá. Me miraba de esas maneras como diciendo “me ocultas algo”.
-          No ha pasado nada.
-          Ya, claro, eso es lo que dices tú.
-          ¡Te lo juro!- Clary mira el reloj y me dice.
-          Bueno ya hablaremos más tarde que ahora he quedado.
-          ¿Con quién?- le pregunté mientras cogía el bolso y se dirigía hacia la puerta.
Ella se rio. Por la cara que puso entendí que era un chico. “Afortunado” pensé. Le hice un gesto con la cabeza y se fue. Me quedé en ese piso enorme, solo. Tenía tiempo para ver la tele, escuchar música… pensar en mis cosas. ¿Qué cosas? Dije en voz alta. En ese momento se me paso por la mente Oscar. No sé cómo, pero fue así. Pero como vino, se fue. Decidí comer algo. Como siempre no había nada. Como tenía hambre, llame al Euro pizza y me pedí una barbacoa pequeña. No tardaron mucho en traerla. Fui a mi habitación, me puse la música a tope y a comer se ha dicho. Como yo escucho de todo, después de una buena canción de Rock, venia una de esas súper bailables, y ya me ves a mí, bailando como una loca, saltando por mi habitación y cantando. Cualquiera que me hubiera visto me habría tomado por loca. Al acabar la canción, me tire en la cama y me puse a reír un montón. No me lo creía, todo en mi vida estaba yendo rodado. ¡Genial! Grité.
Finalmente me quedé dormida.  A la mañana siguiente, unos gritos me despertaron. Era Clary, estaba en mi habitación. Había quedado fatal, después de mi súper baile. Yo me reía mientras Clary gruñía como un perro. Descubrí que el desorden no le gustaba mucho, pero yo aun así me reía. Cuando acabó mi ataque de risa nos pusimos a recoger.
-          Oye-rompí el silencio- ¿Qué tal ayer¿- me miró a los ojos y contestó:
-          ¡Genial!- con una de sus sonrisas.
-          ¿Qué pasó? ¡Cuéntamelo todo!
-          Vale.
(Palabras de Clary)
Pues, el chico con el que quedé es el hijo del dueño del bar. También trabaja allí, como es lógico. Al medio día, no suele pasar mucha gente, así que nos lo pasamos hablando y tal. Entonces decidimos quedar para ir al cine a ver “Tengo ganas de ti” que a los dos nos gustaba. Yo me cogí palomitas de colores i él saldas.  Bueno, una cosa llegó a otra, entonces él me acompañó a casa y… me dio un beso, en la mejilla y dijimos de volver a quedar.
(Vuelve Julia)
-          ¿Nada más?
-          Nada. Pero ya me está bien así.- y hizo una risitas. A mí si el chico que me gusta solo me da un beso en la mejilla, me acercó y le planto yo el beso. “Si, definitivamente estoy cambiando” se escuchó en mi cabeza.
-          ¿Y tú qué? ¿Seguro que no pasó nada?
-          ¡Que si!- dije volviéndome en sí.
-          Vale, vale, tranquila.
Y nos reímos. Acabamos de recoger la habitación y nos comimos el resto de la pizza que quedaba. 

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